miércoles, 30 de noviembre de 2011

La mar detiene su oleaje. (21)

La mar detiene su oleaje,
los peces renuncian a odiseas,
allí, junto al quebrado faro,
un cuerpo ya es leyenda.

Amanecerá y el sol
dejará brillante tu osamenta
porque nadie reclamará
un alma tan anónima,
tan llena de estigmas y tatuajes.

No habrá iglesia o cofradía
que eleve una plegaria
a quien tanto criticaba
la forma de matar a la inocencia.

Espigará tu piel entre las rocas
y germinará la dura semilla,
como flor de pedernal.

Los versos perennes en el viento
protestan sin cesar la sinrazón,
la pura rebeldía de tus palabras;
La tierra es antesala de lo eterno,
es garganta de pueblos en silencio,
una tumba acolchada de tabúes
poblada por bolsas de miseria
y los hombres se rinden en el opio
sobre el sueño de los siglos.

Debiste teñir de sangre
este podrido infierno
y te suicidaste al arco iris
con tu fugaz sonrisa,
la siempre verdadera en los momentos
en que nos poseímos.

Aragüez/VientoDelSur.

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